El Proyecto Zafiro de Arturo Montiel

* La fortuna personal del ex gobernador le alcanza para invertir al mismo nivel que poderosos adinerados como el banquero Roberto Hernández, uno de los 25 hombres más ricos de América Latina, y del próspero hotelero Gian Franco, triada que ya inició trámites para la edificación del ambicioso Proyecto Inmobiliario Zafiro, desarrollo turístico que estima una inversión de 450 millones de dólares y que se construiría en una superficie de 910 hectáreas ubicadas en el litoral de Chamela, en el municipio de La Huerta, Jalisco.

Elpidio Hernández

“La historia de Arturo Montiel Rojas es triste porque su padre, Gregorio Montiel Monroy, no era una persona afortunada en términos políticos, sociales y mucho menos económicos. Del tronco de la familia Montiel, Gregorio era uno de los más humildes, sus propiedades sólo incluían algunos predios rústicos pero nada de valor. La situación económica de la familia Montiel Rojas no era abundante. En ese ambiente nació y creció Arturo. Su papá se inició como comerciante con una concesión cervecera que entregaba productos en Atlacomulco, San Felipe del Progreso, Acambay y cuando Arturo era joven ayudó en ese negocio. Mientras su papá tomaba pedidos, él cargaba los cartones. Esa situación repercutió en Arturo, principalmente porque la otra parte de la familia Montiel era gente de poder y dinero en Atlacomulco; nos veía con recelo porque no podía tener las mismas comodidades y porque su abuelo, Abdías Montiel, no fue hijo de un legítimo matrimonio. Arturo creció con esos complejos sociofamiliares y aunque lleva la misma sangre, se sentía menos. Antes de ser gobernador, Arturo estaba lejos de poder considerarse una persona de dinero, ni siquiera con una modesta fortuna. Contaba con su pequeña empresa, las Cocinas Quetzal. No se cuánto le pudiera redituar ese negocio, además de otros de poca envergadura, pero no se tienen evidencias de que halla sido un empresario exitoso antes de ser gobernador”, relata el escritor Jorge Toribio Montiel, coautor del libro Negocios de Familia y especialista en temas relacionados con el Grupo Atlacomulco y sus ramificaciones.

La compulsión por los negocios en Arturo Montiel Rojas se expandió durante su etapa como gobernador. De repartidor de cervezas, Arturo pasó a ser un exitoso y acaudalado empresario con múltiples propiedades, cabeza de una poderosa cofradía y master of puppets del principal aspirante presidencial. Hoy, la fortuna personal del ex gobernador le alcanza para invertir al mismo nivel que poderosos adinerados como el banquero Roberto Hernández, uno de los 25 hombres más ricos de América Latina, y del próspero hotelero Gian Franco, triada que ya inició trámites para la edificación del ambicioso Proyecto Inmobiliario Zafiro, desarrollo turístico que estima una inversión de 450 millones de dólares y que se construiría en una superficie de 910 hectáreas ubicadas en el litoral de Chamela, en el municipio de La Huerta, Jalisco.  

De acuerdo a la manifestación de impacto ambiental presentada por los desarrolladores ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y que está en consulta pública desde el pasado 5 de febrero, el desarrollo turístico Zafiro incluiría tres áreas destinadas como reservas protegidas con una superficie de 236 hectáreas, que reducirían el impacto ambiental. Las áreas residenciales proyectadas incluirían 41 manzanas con seis lotes en condominio, dos lotes en condominio aledaños al campo de golf, un lote residencial de lujo en condominios y 30 lotes residenciales. El hotel incluiría casa principal, habitaciones con spa, villas con vista al mar y a la montaña, restaurantes, bares, comercios, terrazas, albercas, estacionamiento y campos de juego. El proyecto también edificaría un campo de golf de 18 hoyos con lagunas incluidas, cancha de práctica, dos equipamientos y el área de mantenimiento. Los planos también dibujan una zona deportiva, cinco clubes de playa, un club de laguna, restaurante de playa, hacienda y caballerizas, entre otros aspectos.

Durante su periodo como gobernador las sospechas por peculado y enriquecimiento ilícito siempre siguieron al gobernante nacido en Atlacomulco. Un apotegma afirma que el dinero y el amor no se pueden ocultar y así lo corroboraron los vástagos engendrados por el extinto matrimonio Montiel-Yáñez, Arturo y Juan Pablo, quienes no resistieron la tentación de presumir sus propiedades, pues a menudo se les pudo ver paseando en autos Mercedes, Hummer, Ferrari y Lamborghini, “propiedad de sus amigos”, dijo en alguna entrevista radiofónica el ex mandatario. Los diarios locales, en innumerables ocasiones, documentaron las francachelas de los junior, quienes a menudo cerraban antros para divertirse en privado, sin reparar en los precios; volaban al extranjero y tenían gusto especialmente por los relojes, las pinturas y la tecnología.

Antes de dejar la gubernatura en 2005, Montiel Rojas ya contaba con una red nacional de activistas políticos denominada Fuerza Mexiquense, que impulsaba a lo largo y ancho del territorio nacional su candidatura presidencial. Arturo competía con Roberto Madrazo y todo parecía dispuesto para que la francesa Maude Versini fuera la primera dama del país. Pero el 10 de octubre de 2005 la empresa Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, la misma con la que Montiel firmó contratos millonarios de publicidad, difundía en el programa El Cristal con que se Mira, copias de depósitos bancarios por un monto total de 35 millones 213 mil 396 pesos a nombre de Juan Pablo Montiel Yáñez y Arturo Montiel Rojas. El titular el programa, Víctor Trujillo, agregaba que esos documentos formaban parte de una investigación que el gobierno federal realizaba sobre una serie de 53 depósitos efectuados entre 2000 y 2001 a favor de Juan Pablo Montiel Yáñez en la cuenta Banamex 520-42273. La información ampliaba que tan sólo uno de los depósitos efectuado el 15 de mayo del 2000, acreditaba la entrega de 14 millones de pesos en efectivo al menor de los Montiel. Además se difundió un contrato de compra-venta de un predio de 14 mil metros cuadrados, en el conjunto residencial Providencia de Metepec, a favor del mayor de los Montiel. Menos de diez minutos en pantalla fueron suficientes para que la candidatura del aspirante presidencial se desvaneciera. El golpe fue contundente pues “nunca la corrupción de un político del Estado de México había sido exhibida en cadena nacional”, escribía años más tarde el periodista Jenaro Villamil. El 20 de octubre de ese año, Arturo renunciaba a la candidatura y a cambio se le ofrecía no profundizar en las indagaciones. Así aconteció.

En enero de 2006 las investigaciones encabezadas por el entonces procurador de Justicia mexiquense Alfonso Navarrete Prida -a quien Montiel había nombrado en el cargo- no encontró sustentos que pudieran confirmar los delitos de peculado y enriquecimiento ilícito. 

En las investigaciones ministeriales realizadas a Montiel, éste declaró poseer una fortuna cercana a los 110 millones de pesos, mientras que antes de iniciar su periodo de gobierno había declarado tener 140 millones de pesos. En lugar de incrementarse su capital económico durante su cargo como gobernador, este se redujo en 30 millones de pesos. Aquellas cifras increíbles generaron dudas, pues las propiedades del ex candidato presidencial superaban por mucho el capital económico declarado al principio de su gobierno. Como gobernador adquirió, junto con la francesa Maude Versini, un lujoso departamento de 200 metros cuadrados en un edificio de cuatro plantas ubicado en el selecto Distrito 16 de París, cuyo valor se estimaba en un millón 300 mil dólares. El exclusivo departamento había sido adquirido a través de la firma «Les Quatre Vents», donde el singular matrimonio figuraba como los principales accionistas. Entre las múltiples propiedades que se han documentado al político de Atlacomulco destacan una finca en Atlacomulco valuada en 70 millones de pesos, una casa en Tonatico, de cuatro millones; una casa veraniega en Valle de Bravo, de seis millones; una más en el exclusivo Club de Golf San Carlos de Toluca, cotizada en cinco millones; un departamento en París, de 17 millones de pesos; un departamento en Cayeres Jalisco, de seis millones y una docena de casas de interés social en diferentes municipios de la entidad. También se le ha imputado un departamento en Houston, una residencia en el Club de Golf los Encinos, un edificio en Montes Urales, una oficina en Santa Fe y una importante participación en el edificio inteligente Santa Elena en Metepec. Los bienes no se ajustan de ninguna forma a su salario percibido como empresario y menos como funcionario público donde ha recorrido varios cargos de la administración estatal, federal y del partido, la mayoría de ellos de mediano nivel, a excepción de la gubernatura y su nombramiento como secretario particular del gobernador Jorge Jiménez Cantú. 

Toribio Montiel afirma que si se estudia la historia empresarial y familiar de Arturo Montiel es incomprensible el enriquecimiento de ese personaje. “Tiene mansiones con valor de 10 ó 15 millones de pesos. ¿Cómo explicarnos que con un salario de gobernador alguien se pueda comparar ese tipo de casas? De su empresa Quetzal pudiera ser que emergiera esa fortuna, pero las evidencias indican que no. Antes de ser gobernador, Montiel no era un empresario exitoso, sus empresas eran pequeñas, lo mismo que sus constructoras y digo chicas porque no trabajan para grandes empresas como Pemex, no hacían carreteras como ICA. Cocinas Quetzal no era tampoco una empresa que abarcara todo México. Claro que generaba ganancias pero no para poseer una fortuna como la que hoy ostenta. De 1981 a 1987, Arturo Montiel y Juan Monroy Pérez, quien fue alcalde de Naucalpan y secretario general de Gobierno con Jiménez Cantú, se dedicaron a la iniciativa privada. Construyeron complejos habitacionales principalmente en los municipios de Toluca y Metepec, edificaron Plaza las Américas y se dice que tuvieron una participación en la construcción de San Carlos y otros proyectos. Pero Arturo Montiel no era un accionista importante en esos desarrollos, tenía un sueldo y recibía una comisión. Según las evidencias, Juan Monroy tampoco era el propietario, se dice que era prestanombres del profesor Carlos Hank González, quien era el que financiaba esos proyectos”. 

Sobre las empresas de los Montiel-Yáñez, diarios nacionales y portales de internet documentaron la creación de siete empresas asentadas en el Estado de México durante su gobierno. Arturo Montiel Yáñez era socio de tres empresas, cada una con un capital social de 50 mil pesos: la primera fue Grupo Servicom, dedicada al negocio de las radiodifusoras, y las otras dos son AM Tracking Technologies y Servicio Meitro. Su hermano Juan Pablo era socio en dos empresas, Surtidos de Karine y Arrendadora y Maquiladora de la Industria Textil, cada con un capital social de 100 mil pesos y ambas asentadas en Toluca. Por su parte, el ex mandatario mexiquense formaba parte de dos organismos, Unidad Sereña, asentada en Toluca y Educación Superior y Promoción Cultural de Atlacomulco, asociación civil registrada en el municipio de El Oro; en la primera, Montiel tenía como socios a los ex gobernadores César Camacho y Salvador Sánchez Colín, además de Isidro Muñoz Rivera. En la segunda compartía créditos con su ex secretario de Desarrollo Agropecuario, Mayolo del Mazo Alcántara. En ambos consorcios se especificaba que no tenían capital económico. La historia empresarial de Montiel Rojas inicia en 1979 cuando se asocia con Juan Monroy Pérez para fundar la empresa Quetzal, dedicada a la construcción de cocinas; en 1982 constituyó la empresa Calefa Construcciones, aunque diez años después cedería las acciones; de 1982 a 1989 se dedicó a la construcción y venta de vivienda de interés social, interés medio y residencial en Toluca y Metepec; además tuvo una empresa dedicada a transportar fertilizante y materiales de construcción, y en 1984 estableció la empresa Desvastes y Trefilados, dedicada al recocido de alambre para la construcción. Ya como gobernador Montiel se asoció con otras cuatro personas en la empresa Servicios Inmobiliarios del Centro EM, empresa que compró un terreno en el poblado de Chamela, municipio de La Huerta, Jalisco, demarcación donde se pretende edificar el megadesarrollo Zafiro.

El ambicioso proyecto, en caso de ser autorizado, tendrá una inversión de 450 millones de dólares y se desarrollará en cuatro etapas. La primera concluiría en el 2013 “en la cual se pretende establecer la infraestructura básicamente de caminos, campo de golf zona deportiva, condominios de golf, club de playa, control de accesos, parque, residencias de lujo, oficinas generales, otras instalaciones del rancho, áreas verdes y hotel”. La etapa dos está planeada para construirse del 2014 al 2018, mientras que la tercera va de 2019 a 2024 y la cuarta de 2024 a 2028, que incluirían terminar los condominios, el club de playa, la hacienda, caballerizas, un campo de polo y la planta de desalinización.

Operadora Chamela, que hoy promueve el megadesarrollo Zafiro y su director general, Ari Nieto Vélez, ya había intentado en el 2007 la aprobación del proyecto La Tambora, con capital de Arturo Montiel, que se planeaba construir también en La Huerta, para desarrollar en 681 hectáreas un hotel boutique gran turismo de 100 habitaciones, spa, campo de golf, centro ecuménico y de eventos, casa club, club de playa y lotes residenciales.

Sobre este Nieto, un estudio de Biodiversity Reporting Award en el sitio http://www.biodiversityreporting.org señala que “el 22 de noviembre de 2006, una semana antes de que terminara el sexenio de Vicente Fox, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales aprobó la construcción de dos proyectos turísticos en la costa de Jalisco, junto a la reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, hogar de 423 especies animales, 79 de las cuales sólo existen en esa parte del planeta. Los dos desarrollos autorizados pueden absorber toda el agua dulce disponible para ese frágil sistema de selva seca caucifólea. El primero es el proyecto Tambora que planea instalar un hotel gran turismo de 100 habitaciones, con campo de golf, lotes residenciales, spa, clubes de playa, hacienda y caballerizas. Su principal promotor es el empresario Ari Nieto Vélez, dueño de 681 hectáreas entre la reserva y la costa”, y lo incluye entre los 8 proyectos que dañarían zonas ecológicas mexicanas en el 2007.

Representante de una de las administraciones priistas más corruptas de la historia, Montiel Rojas parece alejado de los círculos políticos. Las sospechas por peculado y enriquecimiento ilícito aparentemente lo obligaron al retiro forzado para dedicarse por completo a sus empresas pero la más importante y a la que le ha apostado todo tiene nombre y apellido, Enrique Peña Nieto.

2 comentarios sobre “El Proyecto Zafiro de Arturo Montiel

  1. Que nota tan corriente de verdad que es muy triste que por intereses politicos se publique todo el cochambre que algun periodista mediocre tenga en su cabeza lo digo por que aunque es verdad que el ex gobernador montiel tiene una propiedad en chamela que de donde saco el dinero para comprarla eso si se le puede investigar pero de eso a que el sea el dueño de proyecto zafiro psss esta muy lejos pues los que vivimos aqui conocemos desde ya tiempo los dueños de estos terrenos que es la famila landeros y un aleman que no se el nombre entonces por fabor se valen las criticas esta bien pero que sean verdad y pues aclarar solo que ZAFIRO NO ES DE MONTIEL GRACIAS

  2. ZAFIRO NO ES DE MONTIEL SINO DE OTRO RATA IGUAL, NOMAS QUE ESTE OTRO RATA DEDICADO AL FRAUDE EN ALEMANIA (WOLFGAN HAHN) EL PROYECTO ORIGINAL SE LLAMABA «LA TAMBORA» DONDE ROBAN TERRENOS A LEGALES PROPIETARIOS ESTO EJECUTADO POR EL DROGADICTO ARI NIETO VELEZ BALECEA Y QUEMA CASAS PARA AMEDRENTARLOS Y OBLIGARLOS A «VENDER» PERO NO ES DE MONTIEL «ESE CERDO ES DE OTRO CHIQUERO»

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